jueves, 16 de octubre de 2014

LA PARTIDA DE MUS ESPAÑOLA. SEGUNDA PARTE.


El 8 de abril de 2013 publicábamos en este blog el articulo “La partida de Mus española”, una analogía de este juego de cartas español para describir y analizar todos los movimientos que se habían dado en el llamado proceso soberanista catalán, o llamado por su nombre, proceso secesionista catalán.

Comentábamos que la proposición del Pacto Fiscal que Artur Mas hizo al gobierno central una vez llegó al poder de la Generalitat en 2010, fue el primer envite al Estado, envidando a la Grande. Y que, tras la negativa de este, ya con Rajoy en el poder con mayoría absoluta desde 2011, Artur Mas también envidaba a la chica, promoviendo el “derecho a decidir” y finalmente animando a todo el pueblo catalán y todas las formaciones políticas catalanas a participar en la manifestación independentista de 2012, durante los actos de la Diada.

El presidente del gobierno, el Sr. Rajoy, sencillamente se limitó a ver esos envites, negándose al pacto fiscal primero y a una consulta secesionista después. Posiblemente por la mala situación económica de la Generalitat, imaginó que Mas había envidado más por necesidad que por cartas.

El éxito de esa manifestación independentista del 11 de septiembre de 2012 ofuscó la mente del Sr.
Mas, y creyó ser el responsable de haber unido en ella a lo que dicen que fue un millón y medio de catalanes. Y convencido del apoyo del pueblo catalán hacia su figura mesiánica, decidió hacer una apuesta muy elevada en el envite a pares. Como si tuviese duples Gallegos, dobles de pitos (ases) y cerdos (reyes), el Sr. Mas se fue directo a la Moncloa: O pacto fiscal, o elecciones anticipadas para votar por la convocatoria de una consulta secesionista.

No estaba el gallego para muchos Gallegos, y sabía que la Generalitat estaba arruinada y necesitaba dinero. Rajoy no se tragó el farol y le vio el envite con un portazo.

Aquel envite a Pares, consumado con el adelanto electoral de las autonómicas catalanas en 2012, y la consulta “por un Estado propio dentro de la UE” en el programa electoral de CIU, resultó ser catastrófico para Artur Mas. La UE no había apoyado la idea y los mercados indicaron el riesgo de una posible secesión. Se unió a esto publicaciones en los medios sobre supuestos casos de corrupción de los Pujol, que recordaban los que ya se conocían del Palau y otros. El president había hecho una apuesta demasiado alta, y con tan malas cartas acababa de arruinar su partida.

Las elecciones de 2012 demostraron que, aún con toda la propaganda y petición expresa del president de acudir a votar en apoyo a su consulta secesionista, un 50% del electorado no votó por partidos que la apoyaban. Los escaños soberanistas no se habían movido de su sitio con respecto a 2010, y los independentistas siquiera confiaban en el president para hacer realidad la secesión de Cataluña. El voto independentista se había destinado a ERC.

Fue aquí donde nos quedamos en el artículo de abril de 2013, con un Artur Mas que había perdido 12 de los escaños obtenidos en las elecciones de 2010, ahora en manos de ERC, animando a todos los partidos pro-consulta a entrar en el gobierno de la Generalitat, y alarmando sobre una emergencia nacional: “No está en juego el Gobierno; lo está el país”.  Pero ningún partido entonces mostraba interés en compartir gobierno y desgaste político con CIU. Más bien esperaban como buitres la muerte política del president.

Nuestro artículo animaba al diálogo a todos los políticos implicados y a mostrar altura de miras para solucionar el estado de crispación ciudadana que se vivía en Cataluña.

Solo quedaba el invite al juego. Ese juego al que se refería la magistrada del TC, Encarnación Roca, cuando explicaba que "Los problemas políticos no son problemas constitucionales que deba resolver el TC",. El periodista Iñaki Gabilondo era aún más explicito: “Es la política, estúpidos”.

Pero ni el Sr. Mas ni el Sr. Rajoy, parecían darse por aludidos en ese llamamiento de la magistrada, del periodista, de los empresarios, y de buena parte de la sociedad española reclamando diálogo y política en su juego.

La apelación al diálogo resulta ingenua, sabiendo que los políticos sufren de la misma “patología” que casi todos nosotros, las prisas. La política es cortoplacista, de resultados inmediatos, poco susceptible a una planificación de futuro. Y esta partida se estaba jugando ahora, de cara a las próximas elecciones municipales, autonómicas y generales de 2015.

El adelanto de las autonómicas en 2012 para recabar un gran apoyo ciudadano en favor de la consulta, fue una estrategia electoral, sin duda. De haberle salido bien al Sr. Mas, hubiese aumentado su poder en el parlament y lo hubiese usado como instrumento de presión contra el gobierno central. Pero le salió muy mal, ya no podía gobernar en solitario, necesitaba apoyos. Para muchos jugadores esto ya hubiese sido el final de la partida, habrían dimitido.

Pero Artur Mas se negó a tirar la toalla, quiso mantenerse en el gobierno de la Generalitat, y para ello no le quedaba más remedio que hacer la consulta secesionista que llevaba en su programa, y que por el resultado de las elecciones era apoyada mayoritariamente. Eso, o ser comido por el monstruo del independentismo que él mismo había alimentado.

Para mantener la Generalitat en su poder, solo podía contar con el PSC, que le daba su apoyo si la consulta se pactaba con el gobierno central, algo que todos sabían no iba a ocurrir, y con ERC, que condicionaba su apoyo a hacer la consulta si o si, independientemente de la decisión del gobierno de España. Entre lo imposible y lo arriesgado Mas se quedó con lo segundo.
 
Pero el apoyo de ERC no sería gratuito. Su líder, Oriol Junqueras, no estaba por la labor de entrar en un gobierno obligado a efectuar una sangría de recortes, pero controlaría el gobierno de CIU a través de nueve comisiones de seguimiento hasta condicionar su programa, obligándola incluso a elevar los impuestos. Por otro lado, Artur Mas lograba formar un bloque pro-consulta con la izquierda catalana (los independentistas ERC y CUP, e ICV, brazo de IU en Cataluña), dando sensación de unidad parlamentaria en torno a la consulta.  

El apoyo de ERC a una CIU tradicional aliada del PP, no sería un cheque en blanco, y se condicionaba a efectuar la consulta en una fecha límite, el 9 de Noviembre de 2014, el día de la consulta por la secesión de Cataluña.   

Artur Mas estaba jugando de forma temeraria. Envidando de forma desesperada, por mera supervivencia ante su muerte política inminente, frente a un Mariano Rajoy que sabía no le quería dejar ganar nada.

Si de un mero juego de cartas hablásemos, poco se le podría reprochar al presidente del gobierno. Rajoy ha adoptado el papel de bueno. Advirtió antes a su adversario que sabía que iba de farol y que no le dejaría ganar. Ha jugado con un pragmatismo casi técnico, siendo paciente pero implacable durante la partida. Se a limitado a ver los envites a lo largo de ella, sin aumentar las apuestas, y ahora, en el envite al juego, respondía discretamente a cada aumento de apuesta que entre bravuconadas le hacía su contrincante. 

El problema para Rajoy ha sido terminar la partida contra alguien que ya la tenía perdida, y que ahora trataba de paliar esa pérdida, jugando de forma suicida, lo que le ha llevado a asumir riesgos que no deseaba.

Artur Mas envidó primero al juego de forma modesta, con una consulta no vinculante en el 9N. Pero esto sonaba a trampa, pues si el resultado de la votación no implicaba riesgo de secesión, habría un voto de castigo contra el gobierno central y sus recortes, que se plasmaría en un abultado apoyo a la independencia. Esto no repercutía nada bueno al gobierno de Rajoy, y sería usado como instrumento de presión contra él. Rajoy no es tonto como para aceptar algo así.

Aún con la negativa del gobierno central a la consulta, en Cataluña los políticos ya se han acostumbrado a hacer lo que les da la gana, y entre hacer caso omiso al gobierno de España, o hacer lo mismo a los independentistas, la elección estaba clara. Todos sabemos de la capacidad de movilización ciudadana de Carme Forcadell y su asociación independentista ANC.

Desde entonces al Sr. Mas le tocó el papel del malo, y comenzó el circo que ha durado hasta hoy, y que aún continuará más tiempo… El papel del feo lo haría Junqueras por razones obvias, ahora convertido en el diablillo de la conciencia del president, que le ha ido animando a arriesgar lo que él, por no participar en el gobierno catalán, no ponía en riesgo.


Artur Mas pasaba de asegurar en septiembre de 2013 que no habría consulta sin el aval del Estado, anunciando unas plebiscitarias en 2016, a aumentar la apuesta más tarde asegurando que la consulta se produciría de cualquier modo, y a aumentarla de nuevo en marzo de 2014, asegurando que no descartaba una "declaración unilateral de independencia", una DUI. El “angelito” bueno de su conciencia, el Sr. Duran i Lleida, asustado ya nos advertía de ello.

Todo esto adornado por pomposas declaraciones políticas aprobadas en el seno del parlamento de Cataluña: En enero de 2013 se declara a Cataluña como “sujeto soberano” para convocar la consulta, y en octubre de 2014, se hacía efectiva esta convocatoria junto con la aprobación de la junta electoral.

Y para dar aún más seriedad al asunto, se creaba en 2013 el Consejo de Transición Nacional (CTN), el
órgano creado para garantizar las condiciones democráticas de la consulta secesionista y el futuro nuevo estado catalán. Este diseñaría las llamadas estructuras de Estado para “garantizar la transición nacional”: La Administración Tributaria Catalana; conversión del instituto de crédito catalán en el banco público de Cataluña; Tesorería de la Seguridad Social catalana; Administración de Justicia y la policía, etc.

La cosa parecía verdaderamente seria. Quien presidía el CTN era Carles Viver Pi-Sunyer, un prestigioso jurista exmagitrado del TC. 34 jueces catalanes enviaban un comunicado defendiendo el derecho de Cataluña a la autodeterminación y legitimándola como nación. Entre ellos el conocido juez Santiago Vidal, que participaría en la redacción de la futura Constitución catalana.  Aparecían figuras de fama internacional como José Carreras y Pep Guardiola en apoyo al derecho a decidir. Economistas catalanes con plazas en Harvard, Princeton y otras universidades de presitigio internacional, se asociaban en el Collectivo Wilson para explicar las bondades de la secesión. Y las Diadas de 2013 y 2014 se convertían de nuevo en otras multitudinarias manifestaciones en defensa de la independencia y el derecho a decidir. El mismo Camp Nou, casa de un Barsa con seguidores en toda España, abría sus puertas al movimiento.

Los envites de Mas al juego han sido realmente elevados, pero Rajoy no se ha inmutado al respecto. Envite tras envite ha respondido de la misma forma: La soberanía española reside por ley en el pueblo español, y yo ni quiero ni puedo cambiar este hecho, es ilegal. Y cada acción legislativa producida en el parlament ha sido respondida con diligencia por el gobierno central con un recurso al TC, siendo este el que ha acometido la labor de anularlas.

Y es que la sensatez nos dice que, por más multitudinarios que sean los actos, por más solemnes las declaraciones del parlament, y por más figuras que apoyasen el derecho a decidir, hay algo en el proceso que dentro de un estado democrático no terminaba de cuajar: No respetar la ley. Una ley, la Constitución española de 1978, que ha sido votada en amplia mayoría por todos los españoles, en especial por el 91% de catalanes, y que especifica en su articulo 1 que “La soberanía nacional reside en el pueblo español”, y en el 2 que “se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española”.


Una vez la sociedad española e internacional se ha interesado por proceso soberanista catalán, se ha visto el déficit de cartas con el que jugaba el president. Existen muchas incógnitas sin respuesta en torno al futuro de una Cataluña independiente. Pero sobre todo, independientemente de que la actitud del estado por no facilitar la consulta este sujeta a crítica, se ha observado un proceso muy sucio y manipulado desde el govern y los partidos y asociaciones independentistas.

El gobierno catalán debería reclamar su consulta a quien por ley tiene facultades para permitirla, el pueblo español. Pero siquiera permite votar a los catalanes residiendo en España fuera de Cataluña, y en cambio si se lo permitía a los catalanes residiendo en el extranjero y a los inmigrantes extracomunitarios residentes solo hace 3 años en Cataluña. Se han gastado cantidades ingentes de dinero en tergiversar descaradamente la historia, usando espacios públicos para ello, o simposios con títulos tan elocuentes como “España contra Cataluña”. Siquiera pueden argumentar a la comunidad internacional una supuesta falta de libertades en Cataluña, cuando educaban solo en su lengua, algo que no ocurre en ninguna otra región de los estados occidentales, y tienen una capacidad de autogobierno propia de uno de los estados más descentralizados del mundo. Y si lo que se invoca es el derecho a decidir sobre una secesión territorial, no hay constitución en ningún país occidental que observe el derecho de autodeterminación de sus pueblos.

El discurso victimista podía cuajar en una sociedad catalana absorbida por los medios de comunicación nacionalistas, pero no en la comunidad internacional, y menos aún en la española.

Artur Mas ha demostrado no saber jugar al Mus. Envidó fuerte a pares jugando conlas chicas, la movilización ciudadana por la independencia, y ya se sabe que el jugador de chicas es mal jugador de mus. Y si en el mus se juega en parejas, Mas siquiera sabía quien era la suya. Pensó que jugaba con la Unión Europea y esta le cerró todas las puertas por temor a una cadena de escisiones territoriales en Europa. Y los mercados financieros, el compañero que Artur Mas podría haber encontrado, con Europa en plena recesión, tampoco podían arriesgarse a acompañarle en su juego.


A Artur Mas se le ha visto el farol, tal y como los mitos del nacionalismo catalán iban cayendo.

La publicación de las nuevas balanzas fiscales de Montoro descubrían que Cataluña no presentaba un déficit
fiscal mayor que el de cualquier otra región rica occidental, y mucho menos que el de Madrid, siendo sus condiciones fiscales mejores que las de otras regiones españolas como Valencia o Murcia realmente discriminadas. La Generalitat se vería obligada a abandonar el “Espanya ens Roba” por un simple pagamos mucho.

Si se vendía la idea de un nuevo estado europeo, ya tenía toda una declaración de la Comisión Europea asegurando que se quedarían fuera. Si querían internacionalizar el conflicto, organismos internacionales como la OTAN, y la misma secretaría de estado de los USA mostrarían abiertamente su desagrado hacia la causa independentista. No hubo presidente de Estado dispuesto a atender al president en sus viajes al extranjero.

Y si la Generalitat presentaba la excelencia como atributo inherente a toda gestión catalana, un místico argumento del éxito asegurado de la futura Cataluña independiente, ahora aparecía la Cataluña arruinada por la nefasta gestión de del gobierno del Tripartito, con casos de corrupción apareciendo entre miembros de todos los partidos que habían gobernado la Generalitat, resonando constantemente ese 3% de comisiones ilegales que supuestamente CIU, el partido del president, cobraba por cada obra pública en Cataluña.

Ahora se hacía complicado obviar a importantes empresarios catalanes asegurando que deslocalizarían sus empresas a España,  o a aquellos que aseguraban la inviabilidad de una secesión a corto plazo, porque Cataluña no podría financiar un aumento de su deuda del 145% si quedaba fuera de la UE.

Y por fin, una nueva asociación, sociedad civil catalana, unía a un buen número de figuras públicas catalanas para pronunciarse en su deseo de seguir perteneciendo a España, en nombre de ese 50% de catalanes que hasta ahora callaba.

El golpe de gracia fue la autoinculpación por fraude fiscal de Jordi Pujol, acorralado por Hacienda, tratando de eximir a toda su familia de un enriquecimiento ilegal de millones de euros. Allí en Dalt, yacía en el suelo la estatua derribada del padre de la patria catalana, como símbolo de la indignación y rabia de un pueblo por saberse engañado por quien consideraban sagrado.

El proceso soberanista, o más bien llamado secesionista, caía por el peso de sus vergüenzas. Por la insensatez de las mentiras y por ser conducido desde la soberbia y el odio.

En febrero de 2014 Artur Mas pronunciaría una frase que se ha hecho famosa: "Solo descartamos dos escenarios: la violencia y hacer el ridículo". Por ahora el segundo escenario ya ha ocurrido.

Un jugador sin cartas al que ya se le ha visto el farol, si se mantiene apostando solo por alargar la partida hace el ridículo. Más aún si se acompaña de bravuconadas achuchando a los mossos de esquadra contra el gobierno, o amenazando en los medios con consultas ilegales o DUIs para desdecirse más tarde, eso ya es un espectáculo bochornoso.  

Y el espectáculo se convertiría en algo verdaderamente cómico, cuando aparecían personajes como la mediática Pilar Rahola en la foto del Consejo de Transición Nacional, o cuando en el concierto organizado en defensa de la consulta, el Concierto por la Libertad, aparecía Ramoncín abucheado al gritar por Palestina, para dar paso después a Peret con su tema tan español del “borriquito”. Y ahora, casi al final del espectáculo, el entretenimiento se remataba viendo a Karmele Marchante entre el grupo de voluntarios para informar sobre una consulta, ya suspendida cautelarmente por el TC, o al Sr. Homs explicando que buscaba la forma de gestionar por si mismo la web informativa de la consulta, para así evitar problemas legales a los funcionarios.

El cierre del espectáculo, protagonizado ahora por el Sr. Mas, verdaderamente lleva a la mofa. Tras asegurar una y otra vez que habría consulta, incluso una vez suspendida cautelarmente por el TC, y después de un número de reuniones con los partidos pro-consulta, en los que ni ellos parecían saber lo que se acordaba, el Sr. Mas anuncia el 13 de octubre lo que todos sabíamos: la consulta secesionista no se podrá hacer. Y sin querer acabar tan ridícula actuación, Artur Mas informa al día siguiente que en el 9N habrá un sucedáneo de consulta, sin censo ni garantías democráticas, pero "con locales abiertos, urnas y papeletas". Toma!!, toda una tomadura de pelo que a los hemos seguido esto nos llevó a soltar una carcajada.  

Para divertimento de todos, el tema aún continuará estos días con nuevas ocurrencias del Sr. Mas, como esto que estamos oyendo de publicar el recuento de votos el 10 de noviembre, pero mantener la votación abierta hasta dentro de 15 días. 

Desde que comenzó todo este proceso, el espectáculo dado desde Cataluña ha sido verdaderamente vergonzoso. Un engaño en toda regla propiciado por el Sr. Mas a todo su pueblo, con la única ambición de ganar tiempo y alargar un poco más la partida.

Joaquim Brugué, miembro de la comisión de control del proceso de la consulta por parte de ICV, en un arranque de sensatez, dimitía denunciando que "Llevan días escenificando para que no se diga que no han ido hasta el final, pero saben que no habrá consulta". Y confesaba que "No se está haciendo una campaña informativa para explicar todas las opciones y da la sensación de que lo importante no es poder votar, sino lograr la independencia". Estas declaraciones vinieron después de su renuncia, tras ser linchado en Twitter e insultado por estudiantes independentistas de la universidad catalana donde trabaja. Como nos explicaba Brugué, "Si viniera un observador a Cataluña, creería que es Guinea".

Ya solo no lo ven los que por utopía o por odio se han quedado ciegos. Desde el resultado de las autonómicas catalanas en 2012 hemos asistido a un bochornoso paripé político. El objetivo final de cada uno de ellos nunca lo sabremos con seguridad, aunque cuesta creer que cualquiera en sus cabales pensase que se podría conseguir la independencia.

Desde luego se percibe con meridiana claridad que Artur Mas no ha tratado más que salvar su legislatura, haciendo tiempo para ganarse al electorado independentista aparentando determinación en el proceso de la consulta. Pero un estómago bien alimentado no llevaría una consulta ilegal lo suficientemente lejos como para sufrir un problema legal que le inhabilitase del cargo. Pondría en riesgo su futuro como consejero en el govern o alguna empresa privada.

Tampoco el apoyo de ERC a CIU durante todo este proceso es de mero garante altruista de la consulta. Era probable que CIU se achantase en el momento en el que la consulta fuese revocada, y ahí estarían ellos, absorbiendo los votos de los independentistas frustrados.

La determinación y convencimiento de ambos partidos para llegar hasta el final y asumir el riesgo de independizar Cataluña es cuestionable. Es factible que Artur Mas, mal jugador de Mus, y Oriol Junqueras, que por no haber estado nunca en el gobierno solo saber jugar a la Butifarra, estuviesen determinados a ello. Llevar esto muy lejos hubiese roto CIU, pero el porcentaje de electores que actualmente se llevaría la parte de Unió no independentista sería muy bajo, por tanto Convergecia, la parte secesionista, no habría encontrado mayor inconveniente en el seno del partido.

Pero se hace mucho más inverosímil creer que ninguno de los dos partidos, CIU y ERC, no fuesen conscientes de que las condiciones para una independencia a corto plazo no se dan. Además, la única forma de independizarse mientras el Estado no permitiese un referéndum, es una DUI. Y esto no lo consentiría ni la UE dejando a Cataluña fuera de Europa y del euro, ni los mercados financieros que degradarían los bonos catalanes al nivel de los ugandeses, y la respuesta de los españoles sería de completa animadversión, mercado del que dependen el 50% de las ventas catalanas. Los propios catalanes la rechazarían, e implicaría la inhabilitación para quien lo hubiese proclamado. Por esto, la probabilidad de una DUI es muy baja.

Podemos decir, sin mucho riesgo de equivocarnos, que la partida para Artur Mas se ha acabado. ERC le saca actualmente una ventaja en la intención de voto de 6,7 puntos según la última encuesta publicada por el CEO en octubre, y muy difícilmente podrá recuperar esta ventaja con un sucedáneo de consulta, todo un proceso de recortes y casos de corrupción, y sin dar muestras de complacer a los independentistas radicales proclamando una DUI. Siquiera podrá usar a su favor la recuperación económica, porque este punto se lo llevará el gobierno de Rajoy. Por tanto muy complicado lo tiene el Sr. Mas para mantenerse jugando esta partida y menos para volver a jugar.

El actual líder del PSC, Miquel Iceta (al anterior se lo llevó por delante el proceso soberanista este año), nos daba las claves de lo que podemos esperar en lo que le quede de legislatura al Sr. Mas. Instaba a su homólogo en el PSOE de España, y también nuevo secretario, Pedro Sánchez, a olvidarse de pactar con Artur Mas el apoyo del partido a cambio de renunciar a la consulta y apostar por una reforma constitucional, Los motivos de Iceta ofrecen luz sobre lo que podemos esperar estos días: Sin consulta permitida por el Estado, en aquel momento en que CIU aún resultaba favorecida en las encuestas, Artur Mas convocaría unas elecciones anticipadas formando un bloque de partidos secesionistas con él a la cabeza, haciendo una votación plebiscitaria en torno a la secesión, que posiblemente le daría de nuevo el poder de la Generalitat, con suficiente apoyo como para obligar al estado a pactar un referéndum. En este caso ya no necesitaría del apoyo de los socialistas.

Pero Artur Mas ha jugado tan mal que las encuestas ya no favorecen a su partido, y el hecho de hacer ese bloque de partidos secesionistas implicaría tener a Junqueras como cabeza de la lista, por lo que es posible que las elecciones se retrasen. Junqueras provocará el adelanto electoral para gobernar en solitario, y si las urnas se lo permiten, incluso se atreva a hacer una DUI.

Aún con ERC en el poder de la Generalitat, no es realmente la escisión del territorio lo que está en juego. Aunque ganase unas elecciones plebiscitarias convocadas con este objetivo, podemos augurar que difícilmente se producirá una DUI. Y si algún loco se atreve a hacerlo, el nuevo estado catalán durará menos que las 9 horas del de Companys en el 1934.

No jugamos con cartas Fourier, ni con garbanzos, sino con las expectativas de millones de personas que aún creen en las acciones de sus gobernantes para salir de una crisis económica importante, y es esto con lo que lamentablemente se esta jugando.

Si de un simple juego de cartas se tratase, podríamos asegurar, aún sin acabar de contar los puntos, que Artur Mas ha sido vapuleado por el pragmático Rajoy y esta partida ya ha terminado para él. Pero se jugarán otras partidas de Mus, y sean quienes sean sus jugadores, se va a tener que lidiar con una tarea mucho más compleja: El odio que los nacionalismos de todo tipo, y todo este proceso, ha provocado en la sociedad catalana y también en la española. Esto requerirá de mucha más mesura en el juego que lo que en esta partida de Mus hemos observado.


Rajoy parece querer allanar el tapete en el que se va a jugar en un futuro inmediato. En el papel de bueno que ha adoptado, insiste en ofrecer diálogo sobre todos los aspectos que afectan a Cataluña, siempre dentro de la legalidad. No es un mal comienzo, y esperemos que el Sr. Mas sea por fin sensato para permitir que la nueva partida se juegue en un ambiente distendido. No implica esto renunciar a ninguna aspiración sincera del pueblo catalán. Todos entendemos que, como dijo el presidente de Convivencia Cívica Catalana, Francisco Caja; "si una mayoría de catalanes quieren ser una nación independiente al final lo serán porque no se puede poner puertas al campo".

martes, 4 de marzo de 2014

EL DEBATE CON MI AMIGO JOSEP DE LA ANC

Josep es un hombre con unos modales y paciencia exquisitos, miembro de la ANC (Asamblea Nacional de Cataluña), los mismos que organizaron la multitudinaria manifestación secesionista en Barcelona durante la Diada de 2012 y los mismos que organizaron la vía catalana en la Diada de 2013.

Obviamente Josep es independentista. Pero contrariamente a la actitud de muchos nacionalistas extremistas a ambos bandos, Josep muestra un buen entendimiento de la actualidad en Cataluña, reconociendo la parte de responsabilidad que corresponde a la administración catalana para explicar su ruinosa situación, y a la vez muestra una coherencia y convicción en sus ideas, que le llevan a disfrutar de una enorme capacidad de debate.

Por su tiempo invertido conmigo debatiendo y buscando una solución le dedico este artículo:

Extracto de los posts intercambiados a través de un foro de opinión público.

josepbdn ha respondido a tu mensaje:

Por si no le llega completo, parto este post en dos. 1/2 Podemos argumentar, contraargumentar, a usted le convencen unos documentos, a mi otros, pero al final estamos como estamos. Hay mucha gente (no sabemos exactamente cuantos) en Catalunya que quieren la independencia. Podemos hacer 3 cosas (seguramente hay más, pero creo que se pueden resumir en estas): a) No hacer nada - dejar que pase el tiempo y esto se irá diluyendo, sobre todo si mejora la economía. Puede ser pero lo de la recuperación económica va para largo (más quisiera yo que no fuera así) y si de tanto en tanto sale un Wert diciendo que hay que "españolizar", se incrementará en lugar de menguar.



2/2 b) Negarlo todo. La constitución no lo permite y punto. No solucionamos nada y estamos como en la opción a). y por último c) Hacemos una consulta para saber si es verdad que una mayoría de catalanes quiere la independencia. Si sale que sí, nos sentamos a hablar, si sale que no a callar. Si tomamos los caminos a) o b), la gente aquí no se va a quedar parada esperando, todos intuimos que habrán unas elecciones plebiscitarias, con dos posibles resultados. El más probable es que ganen por mayoría los partidos que propongan la independencia (puedo estar equivocado). Eso desembocaría en una DUI. En cuyo caso, las conversaciones serían a posteriori y con posiciones muy distintas a las que tendrían si se hubiera realizado la consulta.


Rafael Gallardo



Bueno Josep, entremos ya al meollo de la cuestión, que es en lo que estamos. Bien, ud. Planteaba opción a) No hacer nada, b) Negarlo todo. La constitución no lo permite y punto, ambas como usted dice son lo mismo, y finalmente c) Hacemos una consulta (en Cataluña) para saber si es verdad que una mayoría de catalanes quiere la independencia proponiendo los pasos a seguir según se vote SI o NO.

Josep, me sorprende que no contemple la alternativa más lógica en base a derecho, y posiblemente la única posibilidad para conseguir algo, si lo que quieren es la secesión: PEDIR QUE VOTEN TODOS LOS ESPAÑOLES, los únicos que tienen la soberanía sobre España, legalmente votada por referéndum entre todos los españoles, y única forma de que la secesión sea aceptada por toda la comunidad internacional, UE incluida.  No acaban Uds. de comprender que ni Rajoy ni ningún presidente de gobierno tiene ninguna potestad alguna para secesionar ninguna parte de España sin consentimiento de todos los españoles, ni traspasando soberanías a un parlamento ni traspasando capacidad para hacer consultas. Y por supuesto, no se puede hacer una consulta si no es vinculante porque solo este hecho condiciona e invalida el resultado=podemos votar que sí pues no tiene riesgos…

Vamos a valorar las opciones que ahora tenemos. A) dejar pasar el tiempo en cualquiera de sus formas. B) una consulta unilateral sin consentimiento del gobierno central, que puede llevar a una declaración unilateral de independencia. C) proponer una consulta sobre este tema a todos los españoles.

Posiblemente A y C sean partes de un mismo proceso en tiempos diferentes, del mismo modo que lo son a y b en las alternativas que usted planteaba. Mi B la considero una somera chapuza que no producirá ningún resultado agradable, y mucho menos la secesión. Me explico:

Si yo fuese presidente del gobierno y quisiese evitar riesgos mientras gano algunos votos, haría exactamente lo que está haciendo Rajoy = NADA (aunque me caiga mal reconozco que es más inteligente que todos sus contrincantes juntos). Ese nada es todo un proceso, primero su opción a (tratar de hacer caso omiso al problema catalán e incluso ocultar una manifestación masiva en 2012) y luego como se ponen pesados se pasa a su opción b= yo no puedo hacer nada porque la constitución a mí no me da ningún derecho a hacerlo, pero aclaro para los más conservadores que tampoco quiero hacerlo. Rajoy plantea que el parlament catalán lleve su propuesta al congreso que es lo que legalmente se ha de hacer, sabiendo como todo el mundo que, como pasó a Ibarrexe, el tema a nivel de políticos terminaría allí.

Así, querido Josep, como puede ver la NADA no existe. El tiempo en si mismo son objetos en movimiento, y en Astrofísica la nada es esa materia oscura que mantiene los astros moviéndose, y por lo que se ve en política también. Mientras el gobierno central hace NADA, el Sr. Mas se ve obligado el solo ha hacer movimientos para mantener la tensión en el pueblo catalán y los medios de comunicación, lo que tiene que ser exasperante. De otro modo los catalanes se aburrirían y comenzarían de nuevo a acordarse de lo mal que están en Cataluña y de lo mal que se lo hace pasar la Generalitat, con los impuestos mas elevados de toda España, con uno de los mayores niveles de recortes en bienestar social, tendría que reducir gastos en TV3, y mira lo que dicen de CIU cuando se enfadan sus trabajadores. Se le acabaría el chollo de la culpa es de España. Pero el Sr. Mas esta en una situación de pierdo pierdo. Crispando a los catalanes contra España los votos van a ERC, y si no lo hace los pierde también, quien sabe hacia donde, por el desgaste de gobernar.

Esta situación de pierdo pierdo para el Sr. Mas la reconoce incluso él mismo, recientemente decía textualmente que “Yo ya estoy quemado” http://confidencial.e-noticies.es/mas-yo-ya-estoy-quemado-82987.html pero entre las pocas posibilidades que le quedan, no tiene más remedio que apostar por la consulta y alargar el paripé político alrededor de esta para contar con el apoyo de ERC y así poder terminar la legislatura.



Trataré de desarrollarle mejor esto. En abril del año pasado yo ya escribí un artículo en mi blog que explicaba mas o menos lo que iba a ocurrir a partir de entonces y creo no me he equivocado (no pretendo ser pretencioso): LA PARTIDA DE MUS ESPAÑOLA http://lanoticiacatalanadeldia.blogspot.com.es/2013/04/la-partida-de-mus-espanola.html

Creame Josep que en Cataluña todos los que lo tienen que saber, ya sabían que la secesión a corto plazo no era viable, no solo por el volumen de deuda catalán, sino porque esto llevaría a la bancarrota a ambos países, y tanto la UE, como los mercados y el mundo entero evitarían esa tragedia por todos los medios. Demasiados intereses financieros de por medio.

Artur Mas se encontró en la multitudinaria manifestación de la Diada de 2012 con una única posibilidad de salvar el orgullo de Cataluña, y su legislatura, mejorando sus condiciones fiscales evitando el rescate por parte del estado. Pero fue tan tonto de no darse cuenta de que su contrincante en esto es más listo que él y tiene más paciencia, el Sr. Rajoy, sabedor que el tiempo juega a su favor pues Cataluña estaba en la ruina por culpa del tripartito, que tendría que depender del estado para el pago a proveedores, y que el Sr. Mas iba de farol porque aunque llevase a cabo un proceso hacia la secesión, el mundo se le echaría encima y no podría llevarlo a cabo. Ya ve usted que Mas incluso lanzaba la proclama de un
Estado dentro de la UE, Rajoy se mondaría de risa.

No me alargaré más sobre lo que ya sabemos, pero seguro Mas advertiría a Rajoy sobre que adelantaría las elecciones si no aceptaba el pacto fiscal, y este se mostraría impasible, bastante ya tenía lidiando con la UE. Las elecciones no movieron en absoluto las proporciones de escaños unionistas y soberanistas, sino que los radicalizaron, pasando a ERC y del PSC al C´s. Así con estas Mas se encuentra que para gobernar necesita a ERC, y apostar por la consulta si quiere mantenerse en el gobierno.

El Sr. Mas pensaba que presionando al gobierno con el tema de la consulta, con la excusa además de verse obligado por ERC que no se juega nada en esto, el gobierno al menos negociaría para mejorar sus condiciones fiscales. Pero el tema es que en la partida hay más jugadores que ellos dos:

En una ingenuidad que ya es histórica entre las élites políticas catalanas pensaban que podrían encontrar apoyos o comprensión a su causa fuera de España, o al menos la no intervención. Se han encontrado que fuera son tan claros sobre el tema como dentro. (Ya en 1918, una comisión de políticos catalanes que creía ver en los Catorce Puntos del presidente Wilson la confirmación de sus derechos nacionales, recibió de Georges Clemenceau un rechazo despectivo: "pas d'histoires, messieurs, pas d'histoires..."). 

Pensaban también que jugando bien las cartas los empresarios se mantendrían al margen, sabiendo que todo esto era una maniobra política buscando el pacto fiscal, pues la idea de la secesión a estos les abruma. Pero en cuanto los empresarios han visto que el gobierno no hace movimientos, y que aparecen los de izquierda con sus memeces del tipo como la de Junqueras amenazando con un paro en toda Cataluña, y saben que estos últimos no saben ni donde están ni lo que se juegan, ya han empezado a hablar, y nada bueno hacia la causa.

Lo último que queda es el pueblo catalán, y esto si que es peligroso, porque no es del todo previsible, y si las cosas no se gestionan bien la olla puede explotar. Pero con estos lo mejor de nuevo es no hacer nada, aclarar como hace Rajoy que la constitución no le permite una consulta en Cataluña, hablar de diálogo sobre otras cosas, invitar a traer la propuesta al congreso, de vez en cuando decir que todo se puede ver, como hizo con la carta de respuesta a Mas que sin decir nada aparecía incluso en la Vanguardia el titular de “Rajoy no dice que no a todo”, y hacerse el bueno. Como la gente le va a odiar igual, mejor que hable cuanto menos mejor sobre el tema, para no ser nunca el malo.

Pero mientras Rajoy y el gobierno central no hacen nada, el mundo se va moviendo a su alrededor. Los de ERC y CIU se tienen que ganar el sueldo y los votos, y siguen haciendo el bobo haciendo florituras allí donde pueden tener a su gente entretenida, ganando votos más unos que otros mientras mantienen el show de declararse soberanos, convocando la consulta para una fecha determinada, viajecitos por el extranjero haciendo el ridículo, y un largo etc que aparta la mirada de la realidad: estamos en la ruina humillándonos continuamente pidiendo créditos al estado a través del FLA, permitiéndonos el lujo
gracias a todo esto de reducir gastos en todo menos en soberanía.

A la vez que el gobierno central sigue sin hacer NADA, los movimientos que hacen en el parlament tienen su respuesta como le explicado, y ninguna buena para el proceso soberanista: UE diciendo que se van fuera de la UE, EEUU no apoyan y otros tantos países dando portazos, expertos en los mercados hablando de la inviabilidad de la secesión, los empresarios catalanes oponiéndose…. Ahora quedará la publicación de esa suerte de balanzas fiscales que seguro van a demostrar la enorme presión fiscal que existe en Cataluña, y especialmente que a parte de que sus gastos en servicios de bienestar se han recortado drásticamente siendo ya de por sí relativamente más bajos que en otras CCAA, su gasto es extremadamente superior en empresas públicas afines a la Generalitat y otros gastos superfluos como TV, radios servicios duplicados, etc. Aparecerán quizás más temas relacionados con corrupción, y sentencias metiendo en la cárcel a algunos de CIU.
http://mitosnacionalismocatalan.blogspot.com.es/p/la-gestion-de-la-generalitat-ejemplo-de.html

Además el presupuesto para 2014 supone un aumento del 15% con respecto al de 2013, una inversión que representa el 14,2% del total nacional en infraestructuras de los PGE en Cataluña, uniéndola con Centro Europa, adecuando los accesos del puerto con el corredor, etc. http://agravioscatalanes.blogspot.com.es/p/las-infraestructuras-catalanas-agravio.html

Todo esto ya de por sí Josep reducirá el apoyo a la Generalitat por malos gestores y jetas, y finalmente por ende también a la secesión, por saberse fuera de la UE en caso de secesión, y por más malas noticias que llegarán al respecto tal y como se vaya acercando la fecha del 09 de noviembre. Los de ERC no ayudan mucho con su actitud chulesca y soberbia amenazando al congreso sobre que a día 10 de noviembre Rajoy se despertará con una Cataluña independiente. Esto pueda dar a alas a unos pocos, pero la mayoría de catalanes reprochan esta actitud.

Para el 09 de noviembre mucho de esto se habrá desinflado solo por la percepción de noticias negativas al respecto de la secesión, y solo haciendo casi nada al respecto por parte del gobierno central.

Solo queda gestionar una cosa, la negativa a la consulta. Se aclarará que el presidente del gobierno no puede hacer nada al respecto y que se decida en el congreso. Se llevará y PP y PSOE obviamente votarán que no hay consulta, ni pretensión de que sea votada por el pueblo español. Aquí ya existe motivo de reproche al gobierno, compartido con el PSOE, pues siquiera se han planteado llevarlo a votar a el pueblo español.

Esto se hace más complicado de gestionar, pero al fin y al cabo es previsible. Si fuese por el PP el 09 de noviembre siquiera harían nada para prohibir la consulta, sencillamente dirían que no es legal y que no vale para nada. Como UPyD presionará para prohibirla quizás lo hagan. Sea como sea, si se prohíbe habrá un motivo nuevo de agravio, pero previsible y asumible por el pueblo catalán. Si no se prohíbe dudo CIU haga la consulta sabiendo que no va a servir para nada, que la abstención será enorme y que posiblemente la chapuza que implicará acabará haciendo terminar la carrera de Artur Mas en el ridículo por culpa de ERC, que serán los que le han llevado a esto y al final los que ganen los votos. Dudo que en estas condiciones Mas pudiese terminar su legislatura en 2016, por tanto siendo ellos los que están en el gobierno dudo hagan consulta.

Hacer una consulta ilegal que termine con un resultado positivo hacia la secesión, pero previsiblemente con enorme nivel de abstención, no llevaría más que a la alerta en Europa, a una situación de enorme inestabilidad política, y a unas elecciones anticipadas que le harían caer del gobierno para ponerlo en manos de ERC lo que aún complicaría más la situación para Cataluña y para España pero desde luego no traería beneficio alguno a CIU.  Un resultado negativo hacia la secesión implicaría haber cumplido con su promesa pero no tener ya nada que “vender” a su pueblo, más que una Cataluña en condiciones ruinosas dependiendo del estado para el pago a proveedores, lo que tampoco auguran un gran futuro a CIU aún terminando su legislatura.

A Artur Mas, con la Generalitat al frente, no le queda más remedio que tratar de dar marcha atrás a la consulta, una vez comprobado que siquiera ayudará a Cataluña a mejorar sus condiciones fiscales, y comprobado que va a tener a empresarios catalanes, a los mercados y a la UE contra él hasta entonces.

Pero difícilmente puede faltar al compromiso de la consulta el 09 de noviembre pues de esto depende el apoyo de ERC para mantenerse en el gobierno, a parte de tratarse de un compromiso con el pueblo catalán. Así que él mismo buscará el medio para no hacerla culpando al gobierno de ello. 
Sea como sea, con consulta o sin ella el 09 de noviembre, a corto plazo se puede prever que desde luego no llevará a la secesión de Cataluña. No hace falta mucha imaginación, con leer algunos titulares es suficiente.

Artur Mas ya ha dejado claro recientemente que no habrá declaración unilateral del Govern o del Parlament de independencia, y que además esta decisión “deberá hacerse consultando el pueblo de Catalunya y deberá ser con amplios consensos", aclarando que tampoco se independizará Cataluña con un resultado votado "por el 50+1" http://www.lavanguardia.com/politica/20130611/54375881511/mas-entierra-via-declaracion-unilateral.html

A día de hoy se hace casi imposible pensar que siquiera en una consulta avalada por el gobierno central, sabiendo que la secesión a priori implica la salida de la UE, el apoyo al SI suponga una mayoría clara del 60% como se recomendaba por ejemplo para hacer efectiva la secesión en el caso quebequés.

Pero además es que esta secesión económicamente no es viable ahora. El conseller de economía en
Cataluña, Sr. Mas-Colell, reconocía en noviembre de 2013 que "si no es en esta generación, en la siguiente Catalunya tendrá Estado propio"

Como explicaba el periodista catalán Francesc Moreno, presidente del Consejo Editorial de CRÓNICA GLOBAL, para que Cataluña pueda consumar el proceso de secesión necesita aún de “una larga etapa de crecimiento, reducción de su endeudamiento, disminución drástica de sus relaciones comerciales con el resto de España, desarrollar las estructuras de Estado, y last but no least, que desaparezca la generación mayor de 50 años que todavía tiene memoria y no ha sido educada en el odio a toda España (los de más de 50 fuimos educados en el odio de media España a la otra media)”.

La mejor alternativa para CIU al mando de la Generalitat es evitar esa consulta, culpar al gobierno central de ello, y terminar su legislatura tratando de convencer de nuevo al pueblo catalán de ser votados con amplia mayoría para buscar esa consulta legal pactada con el pueblo español, o bien, si los ánimos secesionistas menguan, “vender” un mejor trato fiscal hacia Cataluña obtenido mediante negociación en el nuevo marco territorial que ahora está negociando con el gobierno central.

A medio o largo plazo las predicciones son mucho más complicadas. El mismo conseller Mas-Colell aseguraba que "lo de Catalunya no es una fiebre" y que "pensar que esto se va a acabar por desánimo o porque la situación económica cambie, engaña”. Desde luego que si la situación de confrontación entre el pueblo catalán y sus élites políticas con el resto de España continua en la medida que hoy ocurre, por el bien de todos, mejor que nos separemos. A un hermano no se le puede retener en casa si su deseo es marcharse.

En todo caso mejor harían los catalanes optando por nuestra opción C) pidiendo a todo el pueblo español que les dejemos votar, pues con seguridad se lo permitiríamos. Entre aquellos que votarían sí por sentimiento progresista, y otros en el ala más conservadora que votarían lo mismo por dejar de escuchar quejas de los políticos catalanes, probablemente sumarían una amplia mayoría.

De hecho el gobierno central siquiera se habrá planteado un referéndum en toda España para votar sobre el derecho a la autodeterminación de Cataluña, referéndum que sería completamente constitucional por otra parte, sabiendo que el resultado probable sería SÍ se permite la consulta en Cataluña.

Los partidos soberanistas catalanes hubiesen sido con seguridad más efectivos promoviendo el debate para realizar su referéndum en toda España, en lugar de buscar "tres pies al gato" en el marco legal vigente para hacer esa consulta solo en Cataluña, lo que es claramente inconstitucional a parte de desajustado en el derecho internacional.

No hubiese sido complicado mover la idea de esta consulta en los medios de comunicación de toda España promoviendo el debate, planteándolo como un tema a atender y solucionar, que atrajese a los progresistas en todo el territorio nacional, tanto como para incluso hacer llevar al PSOE esta consulta en su cartera. De hecho es la condición que han puesto estos al PSC, que lo que sea haga se haga con todos los españoles.

Quizás, Josep, si intentasen buscar el apoyo a su consulta entre sus actuales compatriotas, observarían que en España somos bien distintos a los políticos que creen nos representan, y ya no les apetecería tanto marcharse a ningún sitio. La verdad que los que ustedes tienen allí en Cataluña no son ni mucho el ejemplo a seguir en España como usted y yo sabémos.


DONCS AMB TOT AIXÒ HEM ACABAT!!! LI PROPOSO QUE HO PROPOSIN PER A TOTS ELS ESPANYOLS EN AQUESTA WEB I RECULLIN SIGNATURES A LA CAUSA A TOT ESPANYA 

PUES CON ESTO HEMOS TERMINADO!!! LE PROPONGO QUE LO PROPONGAN PARA TODOS LOS ESPAÑOLES EN ESTA WEB Y RECOJAN FIRMAS A LA CAUSA EN TODA ESPAÑA

change.org


 és molt famosa. Sort Josep! Ah, i li dedico l'última notícia catalana del dia








viernes, 14 de febrero de 2014

34 JUECES CATALANES: "NO ADMITE DISCUSIÓN: CATALUNYA ES UNA NACIÓN"

Esta claro que el nacionalismo ofusca la mente. Especialmente ese nacionalismo germano o romántico del s.XIX, que enaltecía la raza y la historia, y que tanto gustaba de la mitología de los pueblos. El mismo nacionalismo romántico que generó en Cataluña el movimiento de la renaixensa a mediados de aquel siglo, precursor del nacionalismo político que aparecería a principios del siglo siguiente y con el que tratamos estos días.

Ese mismo nacionalismo romántico que ofuscaría mentes tan cultivadas como las de Wernher Von Braun, inventor de los cohetes actuales y además miembro del partido nazi. O la de los médicos del campo de concentración de Dachau, que tan importantes avances lograron en el estudio de la hipotermia, metiendo a sus víctimas en toneles de agua helada. No crean sin más que eran unos monstruos, a la vez la Alemania nazi fue el primer país del mundo en prohibir la disección de animales vivos a través de una ley promulgada en abril de 1933.

Pero cuando los territorios se inundan de leyenda, de mitos y de historias para engrandecer a sus pueblos, incluso las mentes más brillantes quedan ofuscadas por la fantasía, sin atender a demasiados razonamientos.

Así, del mismo modo que Prat de la Riba, el artífice del catalanismo político, allá por finales del XIX exponía sin más que la «castellanización» de Cataluña sólo es «una costra sobrepuesta, una costra que se cuartea y salta, dejando salir intacta, inmaculada, la piedra indestructible de la raza”, hoy día, una treintena de jueces basan el derecho a decidir unilateral de los catalanes, en que existe un hecho que "no admite discusión: Catalunya es una nación".

No crean dan muchas explicaciones para aseverar el hecho de ser una nación, la clave en la jurisprudencia internacional  para disfrutar de "plena soberanía para decidir su futuro". Lo basan en su historia, cultura, lengua propia y una "reiterada y perseverante voluntad de ser reconocida como sociedad diferenciada, compatible con su carácter plenamente integrador", sin dar más argumentaciones sobre ello.

Si los jueces se hubiesen molestado lo más mínimo en argumentar estos aspectos a los que aluden, posiblemente hubiesen descubierto a base del estudio, que incluso esa “reiterada y perseverante voluntad” es más que dudosa.

En una época tan tardía como en 1893, Francesc Cambó escribiría: “En su conjunto, el catalanismo (…) tenía todo el carácter de una secta religiosa. Puede decirse que todos los catalanistas se conocían entre sí”. A lo que las palabras de Josep Pla añadirían: “Los catalanistas eran muy pocos. Cuatro gatos”.

Por si fuese poco, cuando en el 1810 la política de Napoleón, tras la invasión francesa, independizó a Cataluña de España y el catalán aparecía como lengua co-oficial con la senyera colgando del balcón de la Generalitat, los catalanes hiciesen caso omiso y continuaron luchando junto al resto de sus compatriotas españoles contra las tropas francesas. En el 1812 se firmaría la primera constitución española, “La Pepa”, con la aprobación de varios políticos catalanes que se dirigieron a Cádiz expresamente para ello.

En lo que a la treintena de jueces atañe, para aseverar que Cataluña es una nación, en el sentido estricto jurídico/político que a estos corresponde, habrían de atender la definición dada por el RAE: "Entidad jurídica y política formada por el conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno".

Bien, jurídicamente Cataluña no es una nación como todos sabemos. Pero ciertamente el RAE también define nación en su aspecto cultural como "Conjunto de personas de un mismo origen étnico y que generalmente hablan un mismo idioma, tienen una tradición común y ocupan un mismo territorio".

Esta segunda definición se hace más ambigua, y los jueces deben haber prestado atención a ella. Pero veamos si el hecho de que Cataluña sea una nación esta fundamentado en su misma definición cultural:

Con respecto a ser un grupo étnico distinto al del resto de sus actuales compatriotas españoles, la mayoría de los españoles, vascos incluidos, compartimos los mismos marcadores de ADN, el haplogrupo R1b heredado del padre, y el haplogrupo H de la madre. Los apellidos de la mayoría de catalanes son españoles con la misma frecuencia que en que se presentan en el resto de España, y según indica el INE, los apellidos de origen estrictamente catalán no se encuentran en Cataluña hasta la posición 26. Por tanto muchas diferencias étnicas no parece haber.

Ciertamente los catalanes hablan un mismo idioma, el catalán, y a la vez también el castellano, como el resto de sus compatriotas. Pero no debería ser este hecho constitutivo de nación, puesto que si en el mundo existen 194 países, el Ethnologue de 2009 indicaba que había alrededor de 6.909 lenguas en el mundo.

Con respecto a las tradiciones, los Castells, la Sardana, la Diada, etc son invenciones de finales del XIX, en la exaltación de ese nacionalismo romántico de la renaixensa. El resto de tradiciones que existen en Cataluña son muy similares a las encontradas en los otros reinos de la antigua Corona de Aragón.

Si por la definición cultural de nación, Cataluña no parece presentar ningún aspecto diferenciado para asumir el hecho de ser una nación, atendamos pues al resto del argumento de los jueces, por ejemplo la historia.

Desconozco exactamente que periodo de la historia han observado los jueces, pero no ha existido una España, Hispania o Iberia, sin Cataluña dentro de sus fronteras. Como decía la expresidenta de Madrid, Esperanza Aguirre, esto ha sido así desde hace 3.000 años, comenzando exactamente con los fenicios.

Si atendemos al derecho, en su versión histórica, para determinar el periodo en el que Cataluña ha gozado de autonomía jurídica de gobierno, observamos que Cataluña compartió con el resto del españoles el ordenamiento jurídico romano,  el Liber Iudiciorum (654) de los visigodos, y por siglos las leyes árabes de la Spania del Al Andalus, en toda la Cataluña conquistada, la mitad sur de ella durante buena parte del periodo. A este respecto matizamos que el califato permitía a la población hispanogoda regirse por sus leyes hispano-romanas en toda la Península.

Barcelona y Gerona pasaron durante unos 200 años a la Marca Hispánica, dentro del imperio carolingio, y no se desvincularían de este por derecho (de iure) hasta el reinado de Jaume I, mediante el tratado de Corbeil en el 1258, siendo ya rey de toda la Corona de Aragón.

Por tanto, hasta ahora, la historia siquiera muestra que Cataluña haya nunca disfrutado de soberanía alguna de iure, es decir, legitima.

Ciertamente Cataluña disfrutaba de unas constituciones que habían de jurar sus reyes en sus cortes para ser coronados, y existía esa política pactista entre ambos tan típica del medievo, pero la nación en la época se aglutinaba en la figura del rey.

Las cortes catalanas no fundamentarían la existencia de ninguna nación, en los términos que hoy día entendemos el concepto, pues cortes existieron en todos los reinos españoles, siendo las primeras las de León, apareciendo después en Castilla, Condado de Barcelona (la actual Cataluña), reino de Valencia, Aragón y Navarra.

Y para más INRI, desde las Cortes catalanas de 1533, con Carlos I, los sucesivos monarcas españoles no jurarían las constituciones catalanas, asumiendo estas la autoridad absoluta del rey, como propio fue en el resto de naciones de la época.

Más tarde las constituciones catalanas serían abolidas por Felipe V, tras la Guerra de Sucesión, en 1714, como seguro tienen constancia la treintena de jueces. Cabe recordar que en aquella guerra solo se luchaba por dar el trono de España a uno de los dos candidatos que había, y que antes, el intento de la Generalitat de secesionar Cataluña en 1640, provocó una guerra civil catalana.

En todo caso esas constituciones y cortes catalanas no permiten entender a Cataluña como nación, pues se mantuvieron los fueros vasco y navarro, y hasta hoy siguen siendo territorio español. Y del mismo modo antiguas ciudades estados como las genovesas hoy día son territorio italiano, así como otros tantísimos territorios que disfrutaron de constituciones, fueros o legislaciones territoriales específicas propias del medievo, hoy día pertenecen a distintos Estados como es el caso de Escocia, de los bretones franceses, flamencos y muchas regiones alemanas.

Hasta aquí por tanto no hemos encontrado en la historia rastro de Cataluña como nación. Ni nada que fundamente ninguna diferencia con respecto a otras regiones europeas, como se pudiese entender la lengua. Tampoco encontramos diferencias étnicas, ni importantes distinciones culturales que determinen que Cataluña sea una nación.

Descartada la arbitraria percepción que los jueces tienen de Cataluña como nación, clave para aceptar su "plena soberanía para decidir su futuro", resulta complicado atender al resto de los argumentos de los jueces.

Pero dado lo estrambótico de la declaración de estos, observaremos también el resto de lo argumentado. Según los jueces firmantes, el hecho de que Cataluña es una nación "está en la base de la Constitución de 1978". Desconocemos en que artículos constitucionales encuentran los jueces este hecho, cuando por todos es sabido el art. 2 “La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles…”.

Claro que el resto de la labor interpretativa de los jueces resulta aún más extravagante. Estos aseguran que "si el reconocimiento (nacional de Cataluña) no fue más explícito en su momento" fue por el "peligro de involución o amenaza autoritaria, confirmado en 1981 "con el golpe de estado del 23-F".

Se les olvida a los jueces que un 91% de los votantes catalanes, con una abstención del 32%, abrazaron
esa constitución. Todas las provincias catalanas la aprobaron con un porcentaje de votos superior al 90%, cuando las provincias vascas la aprobaron en porcentajes inferiores al 75%, y en la mayor parte de provincias castellanas el apoyo rondaba el 85%.

Aún más, Javier Arzalluz recordaba que tanto Jordi Pujol como Miquel Roca rechazaron el concierto económico a la vasca que les ofrecía Suárez para Cataluña, cuando se restableció en las Cortes constituyentes de 1978. Y Mitxel Unzueta, exparlamentario vasco y senador del PNV en la Transición, explicaba que “no quisieron porque lo consideraban una antigualla histórica y porque no les hacía gracia ejercer de recaudador.

Pues bien, incluso nuestra historia reciente desmiente ese ánimo que la treintena de jueces encontraban en la sociedad catalana para concebir a Cataluña como una nación.

El resto del argumento expuesto en el manifiesto no deja de ser igual de parcial, haciendo referencia al amparo que la Constitución hace sobre “los derechos fundamentales y a las libertades” . Especialmente cita la jurisprudencia internacional, mencionando el caso canadiense de Quebec,  explicando según ellos que el derecho a la autodeteminación de los pueblos "no se limita sólo a los pueblos gobernados o sometidos por potencias extranjeras, sino que se extiende a aquellos pueblos que, a pesar de estar integrados en un estado democrático, sufren una limitación de su derecho al autogobierno". 

La realidad es que la interpretación que hace el Tribunal Supremo de Canadá de la legislación internacional sobre el tema lo deja todo muy claro:

“Atributos particulares de un grupo de ciudadanos, como la lengua, la cultura o la religión, no atribuyen un derecho unilateral a la secesión en un Estado democrático.»

Es más, la Resolución 2625 de la ONU establece, que bajo este derecho de autodeterminación, no se autoriza ninguna acción que esté orientada a menoscabar la integridad territorial de un Estado soberano, siempre que en esa zona del Estado con pretensiones secesionistas, estén dotados de un gobierno que represente a la totalidad del pueblo perteneciente al territorio.

Difícilmente podrá entender la legislación internacional sobre el derecho a la autodeterminación de los pueblos, el caso de Cataluña como coartada en su autogobierno y libertades, sabiendo que disfrutan de sus propias instituciones gubernamentales y parlamento, leyes propias, policía o cuerpo de bomberos autonómicos, embajadores o capacidad para educar exclusivamente en su propia lengua.

Concluyen los jueces en su manifiesto que "en el marco constitucional actual, interpretado a la luz de la normativa internacional y de los principios y derechos fundamentales que la inspiran, es viable el legítimo ejercicio del derecho a la consulta que reclama de forma mayoritaria la sociedad catalana".

Ciertamente en este aspecto, la treintena de jueces firmantes plantean algo razonable. El pueblo catalán tiene derecho a opinar sobre la relación que les vincule con el Estado, o incluso si desean vinculación alguna. La constitución no le niega este derecho. Simplemente manifiesta que Cataluña no es una posesión de los catalanes, sino de todo el pueblo español, quien es soberano de todo su territorio, y legalmente es este, el primero que ha de decidir si quiere desprenderse de parte de él, dando los mecanismos para cambiar este aspecto constitucional básico.

Por tanto, señores jueces, ya pueden ustedes hacer las interpretaciones que buenamente quieran, pero quienes desde luego tenemos, por derecho, necesidad de decidir que queremos que Cataluña sea, somos todos los españoles, catalanes incluidos, y todos queremos opinar.


En todo caso les agradecemos que su labor interpretativa no les haya llevado a aseverar: “no admite discusión: Catalunya es Marciana”. Su arbitraria capacidad para interpretar la nacionalidad de Cataluña, seguro hubiese permitido obtener argumentos tan concluyentes como los recogidos en su actual manifiesto.