jueves, 13 de diciembre de 2012

Artur Quijano el Bueno: CiU y ERC ya han pactado la consulta por la autodeterminación en 2014



LA HISTORIA DEL HIDALGO ARTUR QUIJANO EL BUENO: 
CiU y ERC ya han pactado la consulta por al autodeterminación en 2014

A pesar del revés electoral de CIU en las pasadas elecciones del 25N, el President Artur Mas ya ha alcazado un preacuedo con Oriol Junqueras (ERC) para celebrar la consulta de autodeterminación de Cataluña en un plazo máximo de dos años.

“El acuerdo está hecho, pero hay que pulir los detalles sin entrar en fechas concretas”, indicaban fuentes de la dirección de CiU, aunque las incógnitas legales son enormes, en principio necesitarán presentar la consulta al parlamento español para aceptarla, cosa dan por hecho no ocurrirá, y ante la hipotética negativa de este el Parlament debería aprobar una ley de consultas que dé cobertura legal para celebrar una votación por la autodeterminación.

El principal escollo de la negociación, ha sido la exigencia por parte de ERC para fijar una fecha concreta, algo a lo que se oponía UDC, llegando finalmente a un acuerdo intermedio para celebrar la consulta a finales de 2014, hecho que coincidiría entonces con el referéndum de independencia en Escocia.

ERC ha intentado evitar que CIU pueda echarse atrás en algún momento del periodo, esgrimiendo algún tipo de vacío legal en el acuerdo, dado que nos nacionalistas apuestan por un compromiso menos categórico, pese a aceptar la fecha. Hoy se pretende cerrar todos los flecos que puedan existir en el texto de acuerdo.

Una vez aprobada la propuesta de consulta en el Parlament, se buscarán consensos en la Unión Europea y tratarán de asegurarse una mayoría soberanista que posibilite una victoria por la independencia de Cataluña. Según el acuerdo, esto ha de ser antes de 2015.

LA HISTORIA DE ARTUR QUIJANO EL BUENO: 

Si me preguntasen por el personaje literario que mejor pueda representar al actual presidente de la Generalitat, Artur Mas, sin lugar a dudas respondería un personaje tan español como Don Quijote de la Mancha.

El Sr. Artur Mas, quizás por haber leído en exceso libros de caballerías, de esos de la renaixenca catalana de mediados del XIX, parece estar sufriendo un delirio de grandeza, que le ha llevado a iniciar su aventura como caballero andante, en el peor momento para él y el resto de los españoles.

Todo comenzó con la lectura del último cuento del autor y Conseller d'Economia i Coneixement, Mas-Colell, sobre el “Expolio Fiscal”. La cifra del 8,4% de déficit sobre el PIB catalán en 2009, resonaba en su cabeza de forma incesante, e hizo que resonase en toda España.

Ni el ama de llaves, ni el cura, ni los mismos técnicos de Generalitat que textualmente le decían: «En los dos últimos años de la serie (2008-2009) se reduce de forma muy significativa el déficit fiscal de Catalunya con la Administración central», consiguieron convencerle de que el conseller había usado una técnica retórica literaria para, cambiando el método de cálculo en 2009, presentar la susodicha cifra del 8,4% de “expolio”. No quiso, o no pudo entender que Mas-Colell había cambiado el método de cálculo, que desde el 2004, por recomendación de la comisión de expertos creada por la Generalitat, porque entonces interesaba, se venía usando en Cataluña para el cálculo del déficit, y que ahora en el 2009 ofrecía un superavit de 4.015 millones de euros, el +2,1% del PIB catalán. Este dato fue ocultado por el conseller y proporcionado por el Consejo de Trabajo Económico y Social de Cataluña (CTESC). Usando este mismo método (carga-beneficio sin neutralizar con el gasto estatal en cada comunidad), en una serie de 25 años, el déficit varia entre el 5,5% y el 6,5%.

Nuestro Don Quijote comenzó a recitar sin descanso el cuento del “el expolio”, voceando fantasías sobre que los estados federales de Alemania tenían un techo de déficit del 4%, lo que el mismo conseller d´Economia, ya asustado, tuvo que rectificar.

Nadie ya pudo evitar el inicio de su aventura como caballero andante, y animando el día de la Diada a todos los catalanes a participar en una manifestación declarada separatista, independientemente de su simpatía por dicha empresa, juntaba bajo el lema del expolio, mediante el flete de cientos de autobuses y trenes, lo que dicen que fue un millón y medio de almas.

Ya estaba todo hecho, el señor Mas solo tenía que abrir el desván de la Generalitat, esconder la bandera de la Cruz de Borgoña, aquella bandera de España que usaban los Austrias y que empuñaban los carlistas catalanes en las guerras del s. XIX, y desempolvar la armas mediáticas con las que la Generalitat azuza a este país y lleva inculcando a los escolares catalanes desde hace treinta años de democracia. Esas con las que la conseller de enseñanza catalana, Irene Rigau, decía que están “catalanizando el sistema educativo” para “traspasar la tradición y generar la historia” haciendo una escuela pública que “funde diferentes grupos étnicos en un solo pueblo”.

La primera salida de este Quijote del siglo XXI, le llevó directo a la Moncloa, y ante el portazo del presidente del gobierno, escogió como la Dulcinea a quien dedicar sus aventuras, a una rústica y fea independencia. Se fue a Rusia a investirse caballero, para en creciente paranoia, querer “internacionalizar el conflicto”. Pero aún eligiendo una venta de 16.000 euros la noche, no sería atendido por el ventero quien ya vería que de allí no iba a sacar dinero.

En una segunda salida encontraría a su escudero, el Sr. Duran i Lleida, quien al principio reticente, acompañó a Don Quijote en precampaña. Este, como Sancho Panza lo era, mucho más sensato y materialista, se acabaría metiendo de lleno en la aventura independentista.

Como ocurrió al famoso personaje, el Sr. Mas vio Gigantes donde en verdad había molinos, esta vez en el electorado catalán, a quien apuntó con la lanza de la independencia en su destino. Desoyó nuestro Quijote, los consejos que al electorado daba su escudero, eso de votar con "la cabeza, el corazón y la cartera". Y el delirio de grandeza no le permitió ver que la mayoría de catalanes se apellidan García, López, Martínez y otros tantos apellidos españoles como ocurre en el resto de España, que un 66,9% de su población nació fuera de Cataluña y que a pesar suyo, muchos se sienten españoles.

Ahora nuestro Quijote y Sancho Panza, se han bajado ya de las astas del molino. Llega tarde el señor Wert para quemar la librería del Quijote. Este ya ha iniciado otra nueva salida en busca de aventuras, y de la mano de ERC lleva puesto el yelmo de Mambrino en el cogote. Verán tropas en rebaños, piedras preciosas en las rocas, y se enfrentarán a su enemigo, el caballero de España, que no es que su amigo el becario, en un combate propuesto en el plazo de dos años. 

Lamentablemente estamos en siglo XXI, y al Sr. Mas en su pacto con ERC, le debe importar poco eso del honor, y le debe pesar mucho eso del poder y del dinero, como para oír de su boca esa célebre frase del Quijote, cuando hablando a Sancho sobre el cautiverio que implica la gobernación le decía:  “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.

Por lo que al resto de españoles respecta, ¿que más nos pueden pedir, si ya llevamos siglos discriminados con crudeza? En cuanto a la independencia, pueden hacer ustedes lo que les apetezca, que si lo que esperan es adquirir unos nuevos fueros para sin aportar nada, recibir lo mismo que el resto, pueden irse donde quieran, que a nosotros ese balance no nos interesa. Pues en esto tenemos ya algo de experiencia, que el nacionalismo vasco nos ha dejado 858 muertos en herencia, y casi 0 euros recaudados por Hacienda.

Ahora parece que les toca decidir a ustedes. ¿Derecho a la autodeterminación? Sí claro, pero decídanse pronto, no esperen un cheque en blanco de por vida. ¿Qué haríamos en España, invertir mucho en Cataluña para evitar que se vayan, o no invertir nada por si acaso un día deciden marcharse?.

El Sr. Mas, y los nacionalistas catalanes, quizás se encuentren un día como el Quijote, que por no querer ser lo que era, y creerse caballero andante, moribundo de tristeza, y tras ver el daño que se había hecho, acabo diciendo:

“vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño: yo fui loco, y ya soy cuerdo; fui don Quijote de la Mancha, y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno. Pueda con vuestras mercedes mi arrepentimiento y mi verdad volverme a la estimación que de mí se tenía, y prosiga adelante el señor escribano.”


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