A pesar del revés electoral
de CIU en las pasadas elecciones del 25N, el President Artur Mas ya ha alcazado
un preacuedo con Oriol Junqueras (ERC) para celebrar la consulta de autodeterminación
de Cataluña en un plazo máximo de dos años.
“El acuerdo está hecho, pero
hay que pulir los detalles sin entrar en fechas concretas”, indicaban fuentes
de la dirección de CiU, aunque las incógnitas legales son enormes, en principio
necesitarán presentar la consulta al parlamento español para aceptarla, cosa
dan por hecho no ocurrirá, y ante la hipotética negativa de este el Parlament debería
aprobar una ley de consultas que dé cobertura legal para celebrar una votación
por la autodeterminación.
El principal escollo de la
negociación, ha sido la exigencia por parte de ERC para fijar una fecha
concreta, algo a lo que se oponía UDC, llegando finalmente a un acuerdo
intermedio para celebrar la consulta a finales de 2014, hecho que coincidiría
entonces con el referéndum de independencia en Escocia.
ERC ha intentado evitar que
CIU pueda echarse atrás en algún momento del periodo, esgrimiendo algún tipo de
vacío legal en el acuerdo, dado que nos nacionalistas apuestan por un
compromiso menos categórico, pese a aceptar la fecha. Hoy se pretende cerrar
todos los flecos que puedan existir en el texto de acuerdo.
Una vez aprobada la
propuesta de consulta en el Parlament, se buscarán consensos en la Unión
Europea y tratarán de asegurarse una mayoría soberanista que posibilite una
victoria por la independencia de Cataluña. Según el acuerdo, esto ha de ser
antes de 2015.
LA HISTORIA DE ARTUR QUIJANO EL BUENO:
Si me preguntasen por el
personaje literario que mejor pueda representar al actual presidente de la
Generalitat, Artur Mas, sin lugar a dudas respondería un personaje tan español
como Don Quijote de la Mancha.
El Sr. Artur Mas, quizás por
haber leído en exceso libros de caballerías, de esos de la renaixenca catalana
de mediados del XIX, parece estar sufriendo un delirio de grandeza, que le ha llevado
a iniciar su aventura como caballero andante, en el peor momento para él y el
resto de los españoles.
Todo comenzó con la lectura
del último cuento del autor y Conseller
d'Economia i Coneixement, Mas-Colell, sobre el “Expolio Fiscal”. La cifra del
8,4% de déficit sobre el PIB
catalán en 2009, resonaba en su cabeza de forma incesante, e hizo que resonase
en toda España.
Ni
el ama de llaves, ni el cura, ni los mismos técnicos de Generalitat que textualmente
le decían: «En los dos últimos años de la serie (2008-2009) se reduce de forma
muy significativa el déficit fiscal de Catalunya con la Administración central»,
consiguieron convencerle de que el conseller había usado una técnica retórica
literaria para, cambiando el método de cálculo en 2009, presentar la susodicha
cifra del 8,4% de “expolio”. No quiso, o no pudo entender que Mas-Colell había
cambiado el método de cálculo, que desde el 2004, por recomendación de la
comisión de expertos creada por la Generalitat, porque entonces interesaba, se
venía usando en Cataluña para el cálculo del déficit, y que ahora en el 2009
ofrecía un superavit de 4.015 millones de euros, el +2,1% del PIB catalán. Este
dato fue ocultado por el conseller y proporcionado por el Consejo de Trabajo
Económico y Social de Cataluña (CTESC). Usando este mismo método (carga-beneficio
sin neutralizar con el gasto estatal en cada comunidad), en una serie de 25
años, el déficit varia entre el 5,5% y el 6,5%.
Nuestro
Don Quijote comenzó a recitar sin descanso el cuento del “el expolio”, voceando
fantasías sobre que los estados federales de Alemania tenían un techo de déficit
del 4%, lo que el mismo conseller d´Economia, ya asustado, tuvo que rectificar.
Nadie ya pudo evitar el
inicio de su aventura como caballero andante, y animando el día de la Diada a
todos los catalanes a participar en una manifestación declarada separatista,
independientemente de su simpatía por dicha empresa, juntaba bajo el lema del
expolio, mediante el flete de cientos de autobuses y trenes, lo que dicen que
fue un millón y medio de almas.
Ya estaba todo hecho, el
señor Mas solo tenía que abrir el desván de la Generalitat, esconder la bandera
de la Cruz de Borgoña, aquella bandera de España que usaban los Austrias y que
empuñaban los carlistas catalanes en las guerras del s. XIX, y desempolvar la
armas mediáticas con las que la Generalitat azuza a este país y lleva
inculcando a los escolares catalanes desde hace treinta años de democracia.
Esas con las que la conseller de enseñanza catalana, Irene Rigau, decía que
están “catalanizando el sistema educativo” para “traspasar la
tradición y generar la historia” haciendo una escuela pública que
“funde diferentes grupos étnicos en un solo pueblo”.
La primera salida de este
Quijote del siglo XXI, le llevó directo a la Moncloa, y ante el portazo del
presidente del gobierno, escogió como la Dulcinea a quien dedicar sus aventuras,
a una rústica y fea independencia. Se fue a Rusia a investirse caballero, para
en creciente paranoia, querer “internacionalizar el conflicto”. Pero aún
eligiendo una venta de 16.000 euros la noche, no sería atendido por el ventero quien
ya vería que de allí no iba a sacar dinero.
En una segunda salida encontraría
a su escudero, el Sr. Duran i Lleida, quien al principio reticente, acompañó a
Don Quijote en precampaña. Este, como Sancho Panza lo era, mucho más sensato y materialista,
se acabaría metiendo de lleno en la aventura independentista.
Como ocurrió al famoso
personaje, el Sr. Mas vio Gigantes donde en verdad había molinos, esta vez en
el electorado catalán, a quien apuntó con la lanza de la independencia en su
destino. Desoyó nuestro Quijote, los consejos que al electorado daba su
escudero, eso de votar con "la cabeza, el corazón y la cartera". Y el
delirio de grandeza no le permitió ver que la mayoría de catalanes se apellidan
García, López, Martínez y otros tantos apellidos españoles como ocurre en el
resto de España, que un 66,9% de su población nació fuera de Cataluña y que a
pesar suyo, muchos se sienten españoles.
Ahora nuestro Quijote y
Sancho Panza, se han bajado ya de las astas del molino. Llega tarde el señor
Wert para quemar la librería del Quijote. Este ya ha iniciado otra nueva salida
en busca de aventuras, y de la mano de ERC lleva puesto el yelmo de Mambrino en
el cogote. Verán tropas en rebaños, piedras preciosas en las rocas, y se enfrentarán a su enemigo, el caballero de España, que no es que su amigo el becario, en un combate propuesto en el plazo de dos años.
Lamentablemente estamos en
siglo XXI, y al Sr. Mas en su pacto con ERC, le debe importar poco eso del honor, y le debe pesar mucho
eso del poder y del dinero, como para oír de su boca esa célebre frase del
Quijote, cuando hablando a Sancho sobre el cautiverio que implica la gobernación
le decía: “La libertad, Sancho, es
uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; y, por el
contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.
Por lo que al resto de
españoles respecta, ¿que más nos pueden pedir, si ya llevamos siglos
discriminados con crudeza? En cuanto a la independencia, pueden hacer ustedes lo
que les apetezca, que si lo que esperan es adquirir unos nuevos fueros para sin
aportar nada, recibir lo mismo que el resto, pueden irse donde quieran, que a
nosotros ese balance no nos interesa. Pues en esto tenemos ya algo de
experiencia, que el nacionalismo vasco nos ha dejado 858 muertos en herencia, y
casi 0 euros recaudados por Hacienda.
Ahora parece que les toca
decidir a ustedes. ¿Derecho a la autodeterminación? Sí claro, pero decídanse
pronto, no esperen un cheque en blanco de por vida. ¿Qué haríamos en España,
invertir mucho en Cataluña para evitar que se vayan, o no invertir nada por si
acaso un día deciden marcharse?.
El Sr. Mas, y los
nacionalistas catalanes, quizás se encuentren un día como el Quijote, que por
no querer ser lo que era, y creerse caballero andante, moribundo de tristeza, y
tras ver el daño que se había hecho, acabo diciendo:
“vámonos poco a poco, pues
ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño: yo fui loco, y ya soy cuerdo;
fui don Quijote de la Mancha, y soy agora,
como he dicho, Alonso Quijano el Bueno. Pueda con vuestras mercedes mi
arrepentimiento y mi verdad volverme a la estimación que de mí se tenía, y
prosiga adelante el señor escribano.”
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